miércoles, 5 de octubre de 2011

Neuromarketing o Cordismarketing




Fabrica un buen producto, indica sus ventajas frente al resto, se honesto y con tiempo se venderá, esta era la forma de pensar de los productores y vendedores de antaño, con el tiempo la forma de pensar cambió y los hábitos de compra también.

Hacia 1970 dio inicio la época dorada del marketing y la publicidad, donde se consideraba que estas herramientas eran la autentica clave para vender productos.

Hoy, lo aprendido en época anteriores sigue siendo útil y cierto, pero, la clave para vender creemos reside, no el cartera del cliente sino en su cabeza y corazón. En el mundo actual, el neuromarketing es la estrella de las modernas teorías de la mercadotecnia.

Piensen en Apple, por poner un ejemplo perfecto de aplicación de este nuevo concepto de ventas. Apple NO vende informática, Apple vende sensaciones, vende una forma de entender el mundo, vende un credo y cuando llega a ti, sabe que tiene un nuevo converso y es increíble la fuerza de la fe del converso. Apple ya no necesita grandes promociones publicitarias que den relevancia a sus productos porque una legión de entusiastas esperan y desean recibir el mensaje, lo que convierte una mera presentación de productos en una noticia periodística de ámbito generalista.

El mismo principio se puede aplicar a la política, no es aventurado aseverar, que en líneas generales la sociedad esta altamente inmunizada a las palabras, la época de brillantes discursos e ideas elevadas descansa junto al sueño de los justos. La comunicación política y el marketing político actual se centran más que nunca en lo que ves y sientes. Las palabras mienten, los hechos se pueden interpretar pero una imagen se graba en el alma.

La actitud del político, su lenguaje corporal, el contexto espacial en el que se inscribe, los colores que inundan la pantalla son solo algunas de las cosas en las que se deben fijar los partidos si quieren hacer llegar su mensaje y lo que es más importante ganar un tozo del corazón del electorado.


Álvaro E. Ortuño

Socio-Investigador